Enrique Dussel, hasta pronto Maestro

ENRIQUE DUSSEL, HASTA PRONTO MAESTRO

La noticia del fallecimiento de Enrique Dussel Ambrosini, golpea y entristece al mundo del pensamiento latinoamericano, el filósofo de la liberación ha partido.

            Para quienes lo conocimos, y que tuvimos el honor de ser sus estudiantes por un instante en la vida, su partida se siente como una gran ausencia, su voz no estará más, pero también hay algo que consuela. Su legado es inmenso, y no podemos menos que dar gracias por su vida, hoy estamos tristes, pero también es momento de celebrar su vida, una vida en la que pudo sembrar cada día una idea, una preocupación, una pregunta, y también una esperanza, la de la liberación.

            Recuerdo sus clases en la UNAM, los días miércoles, varias clases en un mismo día, en pregrado y posgrado, y había quienes no nos perdíamos ninguna. Recuerdo que, en el curso sobre la Ética de Aristóteles, la sala estaba siempre llena, ni una sola silla vacía, estudiantes de pie en los costados de la sala, otros sentados en el suelo, y otros amontonados en la puerta. Siempre. Muchos estábamos ahí por el gusto de escuchar su clase, llena de referencias que iban desde la antigüedad griega y egipcia, a los pueblos mesoamericanos y finalmente a la relación de dominación de Europa sobre América Latina a partir de la conquista. Contestaba todas las preguntas con gran detalle, y sólo se detenía cuando la hora le indicaba que debía iniciar otra clase. Y partíamos como un gran séquito, a la siguiente, Pensamiento Latinoamericano. Se situaba siempre desde su propio lugar como hombre, filósofo latinoamericano, exiliado por una dictadura que intentó asesinarlo con una bomba en su casa, acogido en un país generoso como México. Su filosofía tiene ese equilibrio casi perfecto entre la erudición y la experiencia cotidiana con sus semejantes. Cada aspecto de su pensamiento, hasta el más intrincado, lo explicaba con un ejemplo tomado de la cotidianidad de los sujetos oprimidos: el pobre, el campesino, el indígena, la mujer, el obrero. Fascinaba a quienes lo escuchábamos por la facilidad de palabra, por los énfasis, por las anécdotas, que tenían un profundo sentido pedagógico. Recuerdo estar muy impresionada por el relato de su estudio de los Grundrisse, y su necesidad de tener que ir a la fuente original, de puño y letra, para poder comprender a cabalidad el sentido de las categorías de Marx. 

Fue su forma de dialogar directamente con él y contrastar esas categorías con el contexto latinoamericano dotándolas de un nuevo sentido. La idea de liberación adquiere un significado totalmente nuevo al poner al Marx eurocéntrico frente a la experiencia de una América Latina conquistada, expoliada, vejada, dominada, pero que no abandona nunca del todo su proyecto liberador.

            Cada semana tenía en mente una idea nueva que se proponía desarrollar para dotar de mayor fortaleza al pensamiento liberador. Su preocupación de fondo, siempre, el dolor de los dominados, de los excluidos, de los invisibles. ¿Qué es lo que más le duele a alguien?, no ser visto, no ser reconocido como otro con voz y rostro. Para Dussel, cuando una sociedad histórica materializa un proceso de liberación, debe estar atenta, porque toda sociedad genera sus propios excluidos que van a querer legítimamente liberarse, por lo que la liberación tiene que ser un proceso constante, no detenerse, no negar la voz de ninguno de sus sujetos, allí está el desafío, en identificar permanentemente las asimetrías, y trabajar por eliminarlas, en un movimiento liberador permanente.

En el plano humano, era muy generoso, procuraba estar siempre disponible, lo que lograba gracias a su meticulosa organización, a la que le podemos agradecer también su fecunda obra. A quienes realizábamos tesis de doctorado con él, nos abrió su biblioteca personal, la que tenía perfectamente organizada, y que ponía a disposición. Incansable con su propio trabajo, y muy abierto y respetuoso con el de los demás. Reía de sus propias bromas en clases, y en un segundo retomaba con la seriedad del momento, sin pausa.

América Latina te extrañará Dr. Dussel, pero tu obra, energía y corazón nos acompañarán por siempre.