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Investigadora del NEII, Gertrudis Payàs, participa como co-autora de destacada obra interdisciplinar en torno a los parlamentos hispano-mapuches
Recientemente ha sido publicado el libro “Política y diplomacia interétnica en la Araucanía: Aproximación interdisciplinar a los parlamentos hispano-mapuches (1593-1803)”, por la editorial de la Universidad Austral de Chile. En la obra participaron el historiador, Dr. José Manuel Zavala, el arqueólogo, Dr. Tom D. Dillehay y la académica de la Universidad Católica de Temuco, Dra. Gertrudis Payàs.
Al ser consultada respecto a los antecedentes y el proceso detrás de la obra la Dra. Payàs, sostuvo: “Esta compilación de trabajos a tres bandas tiene su historia: desde 2009, y FONDECY tras FODECYT, los autores y compiladores fuimos construyendo conocimiento sobre la diplomacia hispano-mapuche (o mapuche-hispana, según se quiera ver). Reunimos para este volumen algunos trabajos que ya se habían publicado en revistas científicas, sumamos otros nuevos, llevamos a prensa una versión en inglés, pensada para un lectorado internacional (The Hispanic-Mapuche Parlamentos: Interethnic Geo-Politics and Concessionary Spaces in Colonial America, Springer 2020), y finalmente, la que ahora estamos presentando gracias a los buenos oficios de Simón Urbina y la editorial de la Universidad Austral de Chile”.
Finalmente, en relación a las contribuciones y aportes del libro, Payàs afirmó: “Nuestro lectorado podrá acceder a los parlamentos desde tres ángulos de visión: el de la materialidad, tal como quedó impresa en el suelo y el paisaje (Tom D. Dillehay), el de las prácticas mismas y su relación con la sociedad (José Manuel Zavala), y el de la mediación y las lenguas (Gertrudis Payàs)”.
Enlace al libro: bit.ly/3C7B3M2
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Investigadora y académica del NEII participa como co-editora de importante publicación en torno a la construcción del conocimiento propio en y desde América Latina y el Caribe
Abrimos un pequeño espacio de conversación con la Dra. Magaly Cabrolié Vargas, investigadora y académica del Departamento de Trabajo Social, adscrita al NEII, a propósito de la publicación del libro “Prácticas y saberes, encuentros y desencuentros: construcción del conocimiento en América Latina y el Caribe“ publicado este año bajo el sello de La Universidad Nacional Autónoma de México y el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC). Abordamos algunas interrogantes orientadas a conocer el proceso y el camino recorrido detrás de la obra. Destacamos también algunas ideas y reflexiones en torno a este destacado ejercicio intelectual de carácter cooperativo y colectivo.
¿Cómo se gestó el libro? ¿Cuál es su historia?
Este libro, es resultado de un seminario realizado en México en febrero de 2020, y surge de la idea de poder conmemorar los veinte años de una primera obra denominada “¿Existe una epistemología latinoamericana? Construcción del conocimiento en América Latina y el Caribe” [libro publicado el año 1998 por el sello editorial Plaza y Valdés de México], que también fue producto de un seminario organizado en conjunto con Johannes Maerk, coeditor del libro, en la Universidad de Quintana Roo, en el sureste de México.
Hay varias cosas implicadas ahí. Por un lado, estar en un lugar muy alejado de Ciudad de México, es decir, del centro del país. En el Estado de Quintana Roo, está situada Cancún, ciudad que tiene una gran relevancia turística y económica para México, y que está inmersa en la zona maya. Por otro lado, por mi parte yo provenía de una formación en Estudios Latinoamericanos, por lo que mi visión estaba muy centrada en América Latina, y la contradicción que experimentaba con mi visión respecto de Chile, como un país que le daba la espalda a lo latinoamericano, pues no se reconocía totalmente como tal. Tanto Chile como otros países en el continente han estado mirando hacia otras latitudes en términos académicos y de producción de conocimientos; lo latinoamericano era algo que costaba integrar con la identidad nacional en Chile. Esa idea resultó muy patente estando en Quintana Roo, en un contexto cosmopolita, pero también muy conectado con su propio territorio, con su propia identidad, con su proyección hacia el Caribe.
Otras interrogantes surgieron en ese momento, como por ejemplo ¿a qué se refiere lo latinoamericano y caribeño como lugar de construcción de identidad subalterna? Todas esas ideas, y otras, llevaron a proponer organizar algo que pusiera esas preocupaciones sobre la mesa, desde la perspectiva de la producción del conocimiento, que finalmente era el espacio desde el que la academia podía proyectarse. Fue así como se organizó el primer seminario, y la pregunta del título de si ¿existe una epistemología latinoamericana?, fue una pregunta que se esbozó entre muchas otras, pensando en los temas relativos a la construcción de conocimiento, pero al final esa pregunta se quedó, y se convocó desde las propias redes, obteniendo muy buena recepción. Se contó con las provocadoras intervenciones de pensadores de la talla de Hugo Zemelman, Enrique Dussel, Horacio Cerutti, entre otros. Todos acogieron la propuesta y estuvieron dispuestos a desplazarse desde la Ciudad de México hasta un lugar lejano geográficamente, pero que constituye una clara expresión de las contradicciones que experimenta la academia en los países de la región.
Después de realizado el seminario, se logró recoger la mayor parte de los trabajos que se habían presentado, aunque no fue posible publicarlos todos en esa ocasión. Y luego después con el pasar de los años y a medida que las redes también se fueron expandiendo, otras personas se fueron sumando y se realizaron posteriormente otros seminarios en Quintana Roo y fuera de México. Muy importante ha sido mantener las redes de comunicación, pues mucho del trabajo académico pasa también por los lazos de amistad. Johannes Maerk reside actualmente en Austria, Gerardo Torres en México, y en mi caso, acá en Temuco, lo que también es interesante en términos de cómo el mundo académico se nutre de las relaciones interpersonales y eso da pie para colaboraciones e impulsar proyectos. Así surgió la idea de hacer algo a propósito de los veinte años del primer seminario, pues el impulso inicial tiene otro sentido hoy en día, y sobre todo porque evidentemente habían muchos/as otros/as, en otros lugares haciéndose preguntas similares y repensando lo que significa hacer y construir un conocimiento que sea genuinamente latinoamericano, cuestión que también puede quedarse corta. Es decir, lo latinoamericano para nosotros tiene sentido porque estamos ubicados en América Latina, pero también se hacen preguntas similares, quienes están en África, y quienes están en Asia. Es decir, hay otras cuestiones que se entrecruzan y que tienen que ver con los procesos de colonización y también con los procesos de liberación, en los que se imbrica lo sociopolítico con el desarrollo de un pensamiento propio.
El seminario debió haberse realizado en 2019, pero finalmente se logró concretar el año 2020, gracias al apoyo de la UNAM, particularmente el CIALC, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe que dio el respaldo y el soporte institucional. La UNAM acogió la propuesta y se realizó el seminario en febrero del año 2020, justo antes de la pandemia, momento clave pues en ese minuto nadie imaginaba la magnitud de lo que vendría después.
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Portadas de los libros que marcan dos hitos, con 20 años de diferencia, en la forma y el fondo de interrogarse acerca del conocimiento en América Latina
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¿Qué aspectos marcaron la experiencia del seminario y de publicación del libro?
El libro Prácticas y Saberes, Encuentros y Desencuentros, recoge la mayor parte de los trabajos presentados en el seminario, realizado en circunstancias muy especiales, por ejemplo por la relevancia tomada por el movimiento feminista en las universidades, y al mismo tiempo por el eco internacional que tenía el estallido social que se vivía en Chile. Fue un momento en el que se conjugaron las preguntas con las expresiones propias de nuestras sociedades como respuesta a las contradicciones sociales, políticas y culturales. Una preocupación especial fue puesta en que hubiera siempre mujeres en los paneles, y se contó con destacadas académicas como Ana Luisa Guerrero, Liliana Weinberg y Mónica Ramírez, lo que le dio otro cariz al seminario, que en su versión de 20 años antes había sido mayoritariamente, masculino. Esto permitió una experiencia muy distinta a la anterior, porque es necesario señalar que el conocimiento en términos de género también sufre múltiples situaciones de subordinación. Junto a ello, también la diversidad disciplinaria de académicas/os participantes permitió enriquecer las diferentes aproximaciones al fenómeno que en esta ocasión se llamó “encuentros y desencuentros” en torno al conocimiento, considerado ahora no sólo desde lo latinoamericano, sino más ampliamente, desde el sur.
¿Cuáles podrían ser las principales contribuciones de esta obra a los estudios interculturales?
Creo que la principal contribución es abrir la posibilidad de pensar, no desde una única categoría, sino desde distintas posibilidades o aproximaciones. Lo que se buscaba era no centrarse en una categoría, en un único enfoque, o en una única perspectiva, sino más bien abrir a la diversidad de posibilidades de pensar la particularidad, ya sea de lo que se llama América Latina o de lo que es América Latina y el Caribe, o de pensar “lo” latinoamericano, o de pensar, los/las latinoamericanos/as desde esta posición de subordinación respecto del pensamiento eurocéntrico hegemónico. Claramente se podría decir que eso también lo hacen los estudios interculturales, también lo hace el pensamiento decolonial, también lo hace el pensamiento crítico. En este sentido la idea fue tener un espacio plural, muy diverso, de apertura, que no se restringiera a ciertas categorías conceptuales o perspectivas -que si bien es cierto marcan líneas de pensamiento-, y que permitiera la confluencia.
En ese sentido creo que el aporte es interesante también, porque se aborda la cuestión de la construcción del conocimiento desde distintos quehaceres, intentando superar las visiones monodisciplinares. La intención fue abrir, pues el pensar críticamente el conocimiento en América Latina, atraviesa a todas las disciplinas. Todas las que estuvieron presentes, dan cuenta de que su propio desarrollo disciplinario está cruzado por estas asimetrías de poder que se dan en el campo del conocimiento. Hoy se han ido constituyendo muchas redes académicas y de investigación, y en muchos de esos espacios se está reflexionando sobre la identidad del conocimiento producido. La participación de académicos como Horacio Cerutti y Francisco Piñón, dieron pie a la discusión sobre las influencias que subyacen al pensamiento crítico latinoamericano.
¿Qué redes académicas estuvieron implicadas en el desarrollo y publicación del libro?
Una parte importante del impulso está en la plataforma IDEAZ, desde la que se busca intercambiar ideas e iniciativas sin la premura que pueden tener otras experiencias de redes que sufren la presión y competitividad académica existente en las instituciones de educación superior respecto a la productividad. En este caso lo importante es constituir un espacio de intercambio permanente. Esta plataforma está extrañamente situada en Austria. Allí confluyen académicos/as de la UNAM, en México, y también de la UAM (Universidad Autónoma Metropolitana, México), la Universidad de Baja California, la Universidad de Quintana Roo, y la Universidad Católica de Temuco, a través de mi participación, y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Viena, que es donde reside la plataforma IDEAZ (Instituto de investigaciones Interculturales y Comparadas). Además de América Latina, IDEAZ también cuenta con la participación de investigadores del mundo árabe, del Caribe anglófono, y del este de Europa.
¿Bajo qué sello editorial se publicó el libro? ¿En qué formatos se distribuirá? ¿En qué continentes o países circulará la obra?
El libro fue publicado por la UNAM, específicamente por el CIALC, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, a fines del año 2021, y fue publicado sólo en formato papel, y la UNAM mantiene los derechos y la distribución a través de sus redes, principalmente librerías universitarias de América Latina.
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DR. HELDER BINIMELIS ASUME LA DIRECCIÓN DEL NEII
Helder Binimelis, académico e investigador del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Católica de Temuco, ha sido recientemente ratificado como el nuevo director del Núcleo de Estudios Interculturales e Interétnicos de la misma casa de estudios. El Dr. Binimelis, sucede en el cargo a la Dra. Gertudris Payàs. Respecto a quienes lo antecedieron, el nuevo director, señala: “Antes que nada, me gustaría agradecer el trabajo y la gestión efectuada por Gertrudis Payàs y Fabien Le Bonniec, reconociendo el gran desafío que implica mantener y potenciar las actividades y la presencia del NEII en los próximos años. En este proceso he pedido a la Dra. Magaly Cabrolié que me acompañe como directora alterna y junto con ella procuraremos avanzar en el desarrollo de los procesos de planificación del núcleo”.
Al ser consultado por las principales tareas y desafíos proyectados al corto plazo por la nueva dirección del núcleo, Binimelis sostiene que “se debe definir un plan de trabajo conjunto, de carácter abierto y participativo”. Esto implicaría “la revisión de las líneas de investigación, la definición de iniciativas de investigación y de definición actividades de difusión y comunicación del trabajo desarrollado por el NEII a través de seminarios o libros”.
Por otro lado, Binimelis destaca lo fundamental de mantener el trabajo de vinculación y de permanente invitación de académicas y académicos nacionales e internacionales, gestión que enriquece las discusiones académicas y el de los posgrados vinculados al núcleo, así como también el impacto público del NEII en el territorio y con los diversos actores sociales.
Finalmente, la nueva dirección se ha propuesto realizar un diagnóstico orientado a mejorar la vinculación con los estudiantes de los programas de posgrado al NEII.
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Los parlamentos, de nuevo invocados
Gertrudis Payàs (Universidad Católica de Temuco, Chile. E-mail: gpayas@uct.cl)
José Manuel Zavala (Universidad de Chile, Chile. E-mail: josezavala@uchile.cl)
En su primera cuenta pública, el presidente Gabriel Boric confirma que uno de los ejes de la política ya anunciada por la ministra del Interior para la Macrozona Sur serán los parlamentos territoriales. De nuevo, pero ahora al más alto nivel, se invoca la memoria de los tratados que los pueblos indígenas celebraron con los invasores.
Al respecto, nos parece conveniente dar a conocer el texto que a inicios de este año dirigimos al órgano subsidiario del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (MEDPI), que solicitó contribuciones para un estudio que expusiera cómo los países firmantes están aplicando el artículo 37, inciso 1, de la Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos de los Pueblos Indígenas, artículo que se refiere a “tratados, convenios y otros acuerdos constructivos entre los pueblos indígenas y los Estados, incluidos los acuerdos de paz y las iniciativas de reconciliación, y su reconocimiento constitucional”. El próximo mes de julio de este año el MEDPI, en su 15° periodo de sesiones, analizará y concluirá el estudio en cuestión.
En ese texto expusimos algunos hallazgos derivados de estudios recientes acerca de la larga tradición de los tratados entre la corona española y el pueblo mapuche (llamados genéricamente parlamentos), y la recurrencia de esta forma de negociación diplomática en el periodo post-independencia. Presentamos las posibles proyecciones que podría tener esta tradición en el marco de la redacción de la nueva constitución en Chile: la necesidad de reconocimiento constitucional de los parlamentos y la conveniencia de refundar esta tradición con la celebración de nuevos tratados.
Desde la fecha en que enviamos esta contribución a Ginebra, la Comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional en Chile trató, entre sus muchos e importantes temas de discusión, el asunto del reconocimiento constitucional de los tratados celebrados entre los pueblos indígenas y los gobiernos (español primero, y chileno después) que ocuparon estos territorios. Si bien no se aprobó una mención específica en el borrador final de la Constitución, otros artículos del mismo se hacen cargo indirectamente de ello, sea por la vía de los tratados internacionales sobre derechos indígenas a los que Chile se ha comprometido, sea por la vía de la instrumentación del principio de plurinacionalidad.
Por lo anterior, las declaraciones, en días pasados, de la ministra Izkia Siches trayendo a colación la práctica histórica de los parlamentos y anunciando que se van a establecer “parlamentos territoriales”, declaraciones que confirmó el Presidente en su Cuenta Pública, merece, creemos, una mayor consideración que profundice en el sentido de esta práctica. ¿De qué manera estos anuncios podrían acercarnos a una actualización de los parlamentos? ¿Qué aspectos de la práctica histórica, sean formales o sustantivos, pueden considerarse pertinentes? Ojalá/pewmayen la contribución que reproducimos a continuación pueda servir para la instrumentación de las decisiones que se deriven de este importante anuncio gubernamental.
Los parlamentos/coyagtun con el pueblo mapuche: una tradición de tres centurias y sus posibles proyecciones
Justificación: El Informe Especial del Relator Especial de la Subcomisión sobre la Prevención de Discriminaciones y Protección de las Minorías de Derechos Indígenas relativo a los tratados, convenios y otros acuerdos constructivos entre los Estados y las poblaciones indígenas, don Miguel Alfonso Martínez, (E/CN.4/Sub.2/1999/20), mencionaba el caso de los parlamentos, es decir las instancias de negociación de pactos, paces o tratados entre el pueblo mapuche y los representantes de la monarquía española en el periodo colonial y luego de la república chilena. Desde fines del siglo pasado se han desarrollado los estudios históricos sobre estas prácticas jurídico-diplomáticas, a la que hemos contribuido en particular desde el año 2008 con diversos análisis y la publicación de fuentes originales. A pesar del mayor conocimiento que se tiene al respecto, el estado chileno no ha reconocido formalmente estas instancias, no se ha cultivado formalmente su memoria, y tampoco hay referencia a ellas en la constitución vigente. La atención que han recibido en los ámbitos académicos y hasta cierto punto también su difusión en la prensa, impulsada por el recrudecimiento de los conflictos en la Araucanía y el impacto que han tenido en el país, han hecho que el recuerdo de los parlamentos sea evocado regularmente como ejemplo ideal de espacio ético-político de diálogo, tanto por mapuches como por no mapuches.
Conceptos clave de la diplomacia mapuche-española y mapuche-chilena
La tradición de la diplomacia que tuvo a los mapuche como una de las partes arranca a fines del siglo XVI y se prolonga, aunque en un contexto de pérdida de autonomía territorial indígena, hasta fines del siglo XIX. Cabe distinguir en ella dos etapas: la etapa colonial (con la monarquía española como contraparte), y la etapa neo- o post-colonial (con la república chilena). El estudio académico referido a ambas ella es principalmente de tipo histórico y antropológico. Son contados los estudios jurídicos o políticos que podrían haber dado al tema una proyección hacia las políticas públicas actuales.
Fuera de los trabajos fundantes de los historiadores Levaggi, Lázaro, Méndez, Mariman y Lincoqueo[1], los estudios más sistemáticos y de largo empeño, de corte histórico-antropológico, sobre el periodo colonial, fueron realizados por José Manuel Zavala a partir del año 2000, y se le sumó Gertrudis Payàs aportando aspectos lingüísticos y traductológicos a partir de 2008[2]. También con aportes de la filosofía intercultural latinoamericana este equipo ha incursionado en el análisis de los parlamentos como espacios ético-políticos de diálogo[3] , y en asociación con la arqueología ha proporcionado valiosa información sobre la materialidad asociada a los mismos[4] .
Para definirlo en términos pertinentes para el objeto de esta presentación, el parlamento fue primero una institución de relación diplomática hispano-mapuche que no solo estaba dirigida a celebrar tratados entre mapuche y españoles, sino a incorporar muchas de las tradiciones mapuche de negociación política, con repercusiones económicas y sociales para ambas partes. Fue el equivalente conceptual y fáctico del coyagtun (en mapudungun: máxima asamblea intraétnica)[5].
Durante siglos, fue un evento social, político y económico de primer orden, tanto para los españoles como para los mapuche, y se convirtió en un lugar privilegiado de comunicación y contacto transcultural[6]. En este sentido, los límites políticos y lingüísticos de los parlamentos se negociaron constantemente, y a fin de cuentas pudieron absorber muchos de los protocolos y lecturas culturales de ambas partes, por lo que sirvieron como sitios activos de diplomacia y comunicación interétnica.
El parlamento/coyagtun, como institución híbrida, se creó de este modo, y evolucionó con el tiempo y los acontecimientos, adaptándose a la contingencia experimentada por ambas partes mientras negociaban. Al ser una nueva organización, esta institución se encontraba atrapada entre las dos esferas culturales dicotómicas, mapuche y española, cada una con diferentes valores de negociación política que debían de algún modo desembocar en acuerdos. Esta visión de una institución híbrida está alineada con los conceptos de flujo, transición y contingencia de las expresiones cambiantes de poder de negociación establecido dentro de un contexto político profundamente disputado y contradictorio.
El estudio de las fuentes históricas y de los espacios geográficos de los parlamentos coloniales nos ha dado una visión detallada de cada una de estas reuniones, gracias al particular legalismo y entusiasmo de la administración colonial española, que puso en acción todo un cuerpo de funcionarios y protocolos escriturales cada vez que se llevó a cabo un parlamento, para darle un gran protagonismo político y un valor legal ante los ojos de un monarca y de una corte que vivían en otro continente, pero que querían o pretendían saber todo sobre los procedimientos del evento. Este peculiar entusiasmo archivístico de la administración colonial española nos permitió estudiar una colección completa de los informes y correspondencia asociada a los cincuenta parlamentoscelebrados entre 1593 y 1803 que nos brinda numerosos detalles sobre los participantes, los discursos, los eventos, los lugares de esos eventos, y una gran cantidad de información adicional que nos ha revelado su lectura etnográfica. Sin duda, resulta excepcional que durante más de dos siglos y en un territorio que no era tan extenso en América, tengamos un trasfondo documental que nos permita mostrar continuidades estructurales y procesuales en las relaciones hispano-indígenas.
Dependiendo del lente con que se mire, el parlamento puede considerarse un instrumento de dominación y control colonial por parte de los españoles, o bien como un espacio de resistencia mapuche y de refuerzo de la identidad étnica. Aquí hay diferencias entre intención y realidad, y sin duda existieron propósitos y agencias divergentes y opuestas, pero aun así y más allá de los horizontes culturales de los actores implicados, podemos considerar que los mapuche y los españoles encontraron en los parlamentos un contexto inteligible de acuerdo, traducible a sus propios lenguajes políticos: el del coyagtun, o asamblea intraétnica mapuche, y el del tratado de paz interétnico, con los españoles . Es preciso señalar, además, que ambas partes conservaban su soberanía lingüística en las negociaciones: los discursos y los intercambios verbales se llevaban a cabo en ambas lenguas, mapudungun y castellano, con la asistencia indefectible de intérpretes juramentados y otros individuos mediadores. Los ritmos propios de toda negociación mediada por intérpretes, junto con las cautelas y vacilaciones que imprimen en ella el hecho de comunicarse de forma indirecta, contribuyeron sin duda a mantener los equilibrios e impedir la imposición absoluta de una hegemonía de la parte española.
¿En qué medida, entonces, las intenciones y propósitos de los españoles prevalecieron sobre los de los mapuche? Nuestra investigación nos dice que la etapa de los parlamentos coloniales tendió hacia un compromiso político y a una hibridación de significados. En otras palabras, se volvió hacia un equilibrio político y cultural, propio de esos espacios de negociación donde prevalece la diplomacia sobre la violencia, aunque haya sido por tiempos breves, unos pocos meses o años, y solo por oportunismo político o por necesidad coyuntural. En esta perspectiva, creemos que todas las culturas poseen recursos estratégicos que en casos de extrema necesidad les permiten tender puentes de comunicación, establecer algunos horizontes de significado compartido con enemigos antiguos o potenciales. De esta manera, se crea un espacio diferente de elementos políticos y culturales que son internamente reconocibles y legítimos, y otros elementos nuevos y extranjeros, que posiblemente trasciendan y trabajen juntos, lo que resulta inevitable. Esto es lo nuevo en la situación colonial reportada aquí, dentro de la cual los mecanismos clásicos de hegemonía y dominación fallan o se suspenden; el parlamento es más una cuestión de espacio híbrido, obligatoriamente compartido, aunque solo sea por unos pocos días, como lo demuestra la escasez de materialidad encontrada en los sitios arqueológicos. La regularidad con que se llevaron a cabo y la forma en que impactaron en la sociedad indígena y no indígena que se implicaba en sus preparativos y juntas intermedias hizo posible que cada nueva generación tuviera la oportunidad de participar en ellos, repitiendo sus rituales y aprendiendo formas de interacción.
De ahí que la fuerza evocadora de los parlamentos/coyagtun haya permanecido después de la partida del último gobernador español. Del lado chileno se siguió dando el nombre de parlamentos a las tratativas, ignominiosas la mayor parte de ellas, que fueron sellando, campaña tras campaña, la ocupación militar del territorio mapuche a lo largo del siglo XIX. Si bien la mayoría de los parlamentos republicanos fueron instrumento de esta política de ocupación y asimilación, de lo que siguió la pérdida de soberanía política indígena, esa nueva versión de los parlamentos no obliteró el imaginario de la original. Fueron más los años de parlamentos/coyagtun entre autoridades mapuche y españolas (1593-1803) que los que han transcurrido desde la independencia definitiva de Chile (1818-2021). No es extraño, entonces, que, ante los acontecimientos de los últimos años en la Araucanía, los constantes roces y ya no tan ocasionales violencias, viendo los riesgos de escalada y de extensión del conflicto, personalidades públicas de buena voluntad invoquen los parlamentos.
En síntesis, los parlamentos fueron los momentos culminantes y visibles de un esfuerzo sostenido y subterráneo que abarcaba todos los aspectos de la vida fronteriza. Para que miles de personas, conducidas por sus jefes, llegaran al lugar establecido y alzaran esa “ciudad” efímera donde después de escuchar cientos de discursos se firmaría la paz, una gran aglomeración que se disolvería cinco o seis días después, se tenían que asegurar las voluntades de muchas jerarquías, amigas y enemigas. El hecho de que las autoridades republicanas recurrieran al modelo colonial de los parlamentos para legitimar un nuevo statu quo con los indígenas mapuche demuestra la eficacia que se le había atribuido y el prestigio con que contaba.
¿Qué viene ahora? Algunas proyecciones
Dos son los principales tratados que los pueblos originarios de Chile reclaman hoy como incumplidos o violados, y sobre los que fundan sus demandas de autodeterminación. En el caso mapuche, el Parlamento de Tapihue de 1825, en el que las autoridades republicanas reconocen una cierta autonomía a los indígenas y se comprometen a respetarla, a cambio del reconocimiento de la soberanía del estado; y para el caso del pueblo Rapa Nui (ex Isla de Pascua), el Acuerdo de Voluntades de 1888, por el que este cede la soberanía política, aceptando la anexión a Chile, a cambio del reconocimiento del derecho colectivo sobre las tierras y del respeto a las autoridades ancestrales.
La coyuntura actual, de redacción de una nueva constitución, y también la asunción a la presidencia de un equipo político que ha expresado la voluntad de abrirse a dialogar sobre las reivindicaciones indígenas, ofrece a Chile la posibilidad de reorientar las relaciones del Estado y la sociedad chilena con los pueblos preexistentes, principalmente con el pueblo mapuche que, aunque hoy está diseminado en toda la geografía, mantiene su vínculo ancestral y patrimonial con la región de la Araucanía y parte de regiones aledañas. El actual contexto político y los recientes y no tan recientes acontecimientos de conflicto en la Araucanía han demostrado la insatisfacción de las comunidades mapuche con una política que no reconoce niveles de autonomía y derechos colectivos. Y el problema pasa, en parte, por encontrar los mecanismos que garanticen formas de representación y de acuerdo que permitan destrabar los impasses y asegurar un genuino reconocimiento del otro[7] (Zavala 2019).
A este respecto, un mecanismo de participación y deliberación que puede ser recuperado y refundado es precisamente el parlamento/coyagtun. Los análisis y las interpretaciones que hemos hecho de las fuentes nos permiten afirmar que, como institución de mediación, la particularidad esencial del parlamento/coyagtun colonial, que explica también su eficacia y sus posibilidades de ser replicado, fue que se trató de un proceso deliberativo que buscaba el consenso no sólo externo (mapuches con españoles) sino también interno (entre mapuche). Este era necesario para conjugar los intereses de comunidades diversas, autónomas, que vivían en sus territorios diversos (cordillera, llanos, costa) y que no habrían tolerado tratos parciales o bilaterales con los españoles. En un primer momento, entonces, se buscaba el consenso interno y cuando se alcanzaba, se pasaba al nivel externo, y ese recorrido iba siempre del nivel local al más general, acompañado de una ritualidad, un simbolismo y un compartir que le daban solemnidad y firmeza.
El pasado día 27 de enero de este año se votó y aprobó en la Comisión correspondiente de la Convención Constitucional el primer proyecto de una norma constitucional, titulada: Reconocimiento e implementación de tratados y acuerdos históricos. En el estado de redacción actual, faltando todavía discutirla en sus detalles, y sujeta a aprobación final, la norma establece una relación entre libre determinación de los pueblos y el respeto a los tratados celebrados con el Estado, propone su reconocimiento constitucional y el derecho de los pueblos indígenas a proponer y negociar nuevos tratados. De llegar a aprobarse definitivamente, podría abrir la puerta a la refundación de la práctica de los parlamentos/coyagtun[8].
[1] Lázaro Ávila, C., “Conquista, control y convicción: el papel de los parlamentos indígenas en México, el Chaco y Norteamérica”. Revista de Indias. 217, 1999, pp. 645-673; La diplomacia de las fronteras indias en América. Fundación Ignacio Larramendi – Fundación MAPFRE (2005, edición electrónica). Disponible en el sitio web: http://www.larramendi.es/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=1000178. Levaggi, A. Diplomacia hispano-indígena en las fronteras de América. Historia de los tratados entre la Monarquía española y las comunidades aborígenes. Madrid: Centro de estudios políticos y constitucionales, 2002; “Los tratados entre la Corona y los indios y el plan de conquista pacífica”. Revista Complutense de Historia de América, 19, 1993, pp. 81-91; Marimán, P. (Comp.). Parlamento y territorio mapuche. Temuco: Universidad de la Frontera – Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad de la Frontera / Escaparate Ediciones, 2002; Méndez, L. M. “La organización de los Parlamentos de Indios en el siglo XVIII”. In: Villalobos, Sergio (Ed.) Relaciones fronterizas en la Araucanía. Santiago: Universidad Católica de Chile, 1982, pp.107-174; Lincoqueo, J. “Parlamento de Negrete” y “Tratados con los chilenos” In: Marimán, P. (Comp.), Parlamento y Territorio Mapuche. Temuco: Universidad de la Frontera – Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad de la Frontera / Escaparate Ediciones, 2002, pp. 21-35.
[2] Coinciden temporalmente con la redacción de la tesis doctoral de Carlos Contreras Painemal: Los tratados celebrados por los Mapuche con la Corona Española, la República de Chile y la República de Argentina. Tesis. Berlín: Iberoamerikanisches Institut (2010, edición electrónica). Disponible en el sitio web: http://www.archivochile.com/carril_c/cc2013/cc_2013_00009.pdf. Las actas de los parlamentos coloniales en versión paleográfica fueron publicadas por José Manuel Zavala en 2015 (ediciones UCT), y Gertrudis Payàs publicó la versión modernizada en 2018, con el sello conjunto DIBAM-UCT.
[3] Samaniego, M. y Payàs, G. “Traducción y hegemonía: los parlamentos hispano-mapuches de la frontera araucana”, Atenea, 56, 2017, pp. 133-48.
[4] Zavala, J.M., Dillehay, T. D. y Payàs, G. The Hispanic-Mapuche Parlamentos: Interethnic Geo-Politics and Concessionary Spaces in Colonial America. Cham: Springer Verlag, 2020.
[5] Payàs, G., Zavala, J.M. y Curivil, R. “La palabra ´parlamento` y su equivalente en mapudungun en los ámbitos colonial y republicano: un estudio sobre fuentes bilingües y de traducción”. Historia, 47-2, 2014, pp.355-373.
[6] Zavala, J.M. Los mapuches del siglo XVIII: dinámica interétnica y estrategias de resistencia. Santiago: Editorial Universidad Bolivariana, 2008.
[7] Zavala, J. M. “Los pueblos originarios y un nuevo orden político para Chile”. In VV.AA. Chile despertó: Lecturas desde la Historia del estallido social de octubre. Santiago: Universidad de Chile, 2019, pp.93-98.
[8] Véase al respecto, y para el caso canadiense, Otis, G. (2015) “Le traité autochtone postcolonial au Canada : la légitimation du pouvoir par le pluralisme juridique négocié”. In: Bellina, S. (dir.), Refonder la légitimité de l’État, vol. 1, París: Éditions Karthala, 2015, pp. 215-234.
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Académicos del Instituto de Estudios Antropológicos presentaron libro sobre el Protectorado de Indígenas en Chile

El pasado miércoles 15 de junio, en el Museo de la Exploración del Campus de los Museos UACh, se realizó la presentación del libro “El Protectorado de Indígenas en Chile. Estudio introductorio y fuentes (1898-1923)”, cuya autoría pertenece a Gertrudis Payás Puigarnau de la Universidad Católica de Temuco y Jorge Pavez Ojeda de Universidad de Atacama.
La obra fue presentada por los académicos del Instituto de Estudios Antropológicos, María Pía Poblete Segú y Roberto Morales Urra, y el académico del Instituto de Historia y Ciencias Sociales, Alberto Harambour Ross. En la jornada asistieron académicos, estudiantes de pre y postgrado, además de representares de comunidades indígenas de la Región de Los Ríos.
Sobre el texto
Según lo señalado por sus autores, el Protectorado de Indígenas fue una institución jurídico administrativa del Estado chileno, creada por la llamada Ley de Radicación del 4 de diciembre de 1866, operando operó entre 1866 y 1874, fue luego suspendida entre los años 1875 y 1884 y retomó su actividad en 1885, alcanzando su mayor desarrollo institucional y cobertura territorial entre los años 1909 y 1916.
En ese contexto, consideran al Protectorado de Indígenas como sobrevivencia colonial, desde el Derecho Romano y Derecho Indiano, destacando para el siglo 16 la importancia de Fray Bartolomé de las Casas. En el período estudiado (inicios siglo XX), identifica a los Protectores con jurisdicción en Cautín, Valdivia y Osorno; relevando a Eulogio Robles Rodríguez, Protectorado 1900-1913.
Destaca las relaciones políticas de las organizaciones mapuche de la época, en particular la Sociedad Caupolicán con el Gobierno de Chile, exigiendo un cabal cumplimiento de las funciones del Protectorado.
La académica del Instituto de Estudios Antropológicos, María Pía Poblete, indicó que este libro es un aporte de un trabajo monumental tanto de recopilación como de antecedentes del Protectorado como del estudio introductorio.
“En esta presentación lo que hice fue intentar aproximarme desde algunas perspectivas, que están muy relacionadas al mundo huilliche, con el proceso de usurpación de tierras entre los mapuche-huilliche. En ese sentido, uno puede comparar el aparataje jurídico con la alfabetización, con la escritura y castellanización, y darse cuenta que están muy vinculados ya que el hecho de que las tierras hayan estado expuestas a ser usurpadas, llevó a que las comunidades intenten apropiarse de herramientas chilenas y españolas (en el periodo colonial español) como estrategias para mejorar su incorporación en la sociedad ante estos atropellos”, puntualizó.
Así mismo, agregó que “muy tempranamente el mundo huilliche comprende la importancia de la alfabetización para poder defenderse de estos atropellos. Por otro lado, este texto se nos ofrece múltiples entradas, gracias a sus relatos que tienen su centro en las políticas de radicación a través de la figura del protectorado, la cual protege al pueblo mapuche”.
Autores
Por su parte, la co-editora y docente de la Universidad Católica de Temuco, Gertrudis Payás Puigarnau, cuya línea de trabajo en investigación es la historia de la mediación, la historia de autores y de intérpretes, explicó que este libro fue concebido a partir de un exhaustivo trabajo de cuatro años de recopilación, transcripción y revisión.
“Luego de la presentación de esta jornada, me parece que el libro tendrá más vida ahora. Ésta es una obra con la que no se termina una historia o un debate; es un libro que va a dinamizar mucho los estudios sobre esta región y el conflicto siempre presente entre la sociedad chilena y la sociedad mapuche. Estamos muy contentos de poder compartir el resultado de una investigación que nos llevó bastante tiempo recopilando y transcribiendo todas las memorias (informes anuales) de los protectores. Además ese contenido lo complementamos con una serie de otras fuentes que pueden servir para iluminar ese documento”, expresó.
Gertrudis Payás comentó sobre el libro que se trata de un estudio introductorio muy completo que contiene informes, fotografías, cuadros, un glosario, además de índices de contenidos.
“En sí es una obra enciclopédica sobre el protectorado que va a permitir tanto a profesores como estudiantes de pregrado y postgrado acercarse a ese periodo tan importante de la historia regional, que engloba detalles de lo sucedió en La Araucanía, Los Ríos o Los Lagos”, puntualizó.
Respecto a la presentación del libro, el académico de la Universidad de Tarapacá, Jorge Pavez Ojeda, valoró el debate, las reflexiones y las diversas lecturas del texto por los investigadores locales.
“Me parecieron muy interesantes las lecturas que ofrecieron de los diferentes textos expuestos por los presentadores. Cada uno desde su área de investigación aportó en temas como educación y el despojo de tierras de los mapuche huilliche. Lo que siempre aparece con este libro es que, a pesar de ser un documento histórico que va entre el 1880 y el 1930, todos los contenidos que están descritos ahí se han estado discutiendo en el actual proceso constituyente del país y han estado debatiéndose en la Convención. Estos temas tienen que ver con cómo se restituye el derecho de los mapuche a su territorio y cómo éstos han sido sistemáticamente maltratados por las instituciones públicas. Todas esas cosas se ven tanto en esa época colonial como ahora. Entonces le da mucho sentido a la necesidad de cambiar de una vez esta relación colonialista con el pueblo mapuche, huilliche , lafkenche, etc.”, señaló.
Distribución del libro
El libro estará disponible en línea a través de la Biblioteca Nacional y se puede adquirir a través de los canales de distribución del Centro de Investigaciones Barros Arana.
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NEII invita al lanzamiento del libro “El Protectorado de Indígenas en Chile. Estudio introductorio y fuentes (1898-1923)”.

El NEII tiene el agrado de invitar al lanzamiento del libro: “El Protectorado de Indígenas en Chile. Estudio introductorio y fuentes (1898-1923)”. La compilación y edición estuvo a cargo de Jorge Pavez y de la académica y directora del Núcleo de Estudios Interculturales e Interétnicos de la Universidad Católica de Temuco, Gertrudis Payàs. El libro lo comentarán Sebastián Saavedra y Pablo Mariman.La actividad se realizará el miércoles 11 de mayo a las 19:00 horas en la biblioteca Galo Sepúlveda de Temuco.
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La vergüenza de Iquique y del Norte Grande
Los movimientos migratorios, que creíamos que afectaban solo a Europa o a la América rica del norte, se han globalizado, y han llegado hasta este extremo sur del continente. Como allá, aquí también han despertado las reacciones de una parte de la ciudadanía que se considera dueña de un territorio y de los que pueden vivir en él, que prefiere creer que fue la primera en llegar, y que ha olvidado de qué manera llegó, quiénes fueron sus antepasados y de dónde salieron. Desde esa posición, pretende defender las fronteras nacionales contra la migración extranjera, sobre todo de aquellas personas y familias que considera indeseables. Migrantes deseables son legales y migrantes indeseables son ilegales. De este modo, se reproduce el racismo y la xenofobia, a través de leyes y reglamentos que encubren a las personas e instituciones que lo ejercen. Chile se encuentra en esta coyuntura, y, para muestra, la vergüenza de Iquique, Colchane, y otros lugares del Norte Grande que se formaron desde antiquísimo por oleadas de diferentes migraciones de pueblos y culturas diferentes.
No hay ser humano que merezca el despojo, el odio, la intolerancia y el desconocimiento de derechos universales, los cuales deben ser garantizados sobre la base del reconocimiento mutuo. Las personas no pueden ser ilegales, porque tampoco lo son las sociedades de las cuales ellas provienen, y la migración no solo es constitutiva de la experiencia de todos los seres humanos, sino que es un derecho humano.
Como trabajadores de lo social y lo humano, como investigadores y como estudiantes en el campo de los estudios interculturales de la Universidad Católica de Temuco; pero ante todo como personas comunes y corrientes, que habitamos estos territorios, creemos firmemente que tenemos que pensar y asumir una ciudadanía intercultural basada en la hospitalidad y la convivencia intercultural como un universal deseable y sobre todo como posible. Aceptar las complejidades que eso conlleva, y alejarse de simplificaciones como la de “ordenar la casa”, significa la construcción de un espacio de vecindad en el que todos tengamos cabida: los que estábamos desde antes, y los que hemos ido llegando con los años, unos para quedarnos, otros de paso. Significa también emprender un debate público para pensar y compartir diferentes formas y estrategias de restablecer o generar sentimientos de pertenencia a un territorio común que no vengan marcadas por el origen de las personas que lo habitamos, sino por el hecho de vivir, compartir e intervenir en el mismo en momentos históricos diversos.
A la condena mayoritaria que ha suscitado el ataque xenófobo de Iquique ocurrido el ultimo 25 de septiembre, hay que sumar la discusión sobre cómo asegurar el ejercicio de los derechos que son inherentes a toda ciudadanía, incluidos los políticos, sobre formas de garantizar la ciudadanía intercultural de nuestros territorios, y como prevenir que las crisis migratorias y toda crisis en la convivencia intercultural no se conviertan en crisis humanitarias.
No hablamos solo de un tema migratorio y de derechos vulnerados. Hoy es también necesaria una discusión sobre el uso de la situación de migración como una estrategia política que, por medio de diversos medios y plataformas, y bajo pretextos de salud pública, entre otros, favorece los repliegues identitarios y nacionalistas y presta legitimidad al discurso de odio y del racismo. Ante esta acometida, destacamos el valor relevante de lo humanitario, y en que los ideales de justicia y del reconocimiento, esa parte buena de la condición humana, debería siempre prevalecer en nuestras relaciones, y asumimos desde nuestros distintos frentes laborales y sociales mantener propuestas y prácticas que trabajen en esa dirección de la hospitalidad y convivencia.
Núcleo de Investigación en Estudios Interétnicos e Interculturales
Estudiantes del Doctorado en Estudios Interculturales
6 de octubre de 2021.
Fuente de la foto : http://www.fau.uchile.cl/noticias/163494/vivienda-y-migrantes-el-problema-del-desregulado-rentismo-inmobiliario
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ARQUEOLOGÍAS y PROYECTO NACIONAL EN EL NORTE GRANDE DE CHILE
En el marco del ciclo de Conversatorios “Representaciones del Estado Nación: eros para una nueva constitución” se invita a la Sesión III sobre “ARQUEOLOGÍAS y PROYECTO NACIONAL EN EL NORTE GRANDE DE CHILE” a cargo del Profesor Dr. © Mauricio Uribe Rodríguez, Académico del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile.

Comentan:
Profesora Dra. Claudia Zapata Silva, Directora del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA) de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile.
Profesora Dra. © Catalina Amanda Soto Rodríguez arqueóloga y miembro del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA) de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile.
Modera:
Profesora Dra. Andrea Gonzalez-Ramirez
Escuela de Arqueología
Universidad Austral de Chile
Escuela de Arqueología, Universidad Austral de Chile.
Invitan:
Escuela de Arqueología, Universidad Austral de Chile.
Museo Histórico Nacional
Núcleo de Investigación en Estudios Interétnicos e Interculturales (NEII), Universidad Católica de Temuco.
Carrera de Arqueología, Universidad Católica de Temuco.
Departamento de Antropología, Universidad Católica de Temuco.
Transmisión streaming canal Youtube Extensión Académica y Cultural UC Temuco
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Charla “MARCAR CHILE. Nacionalismo culinario como dispositivo de coloración” de Isabel Aguilera Bornard
En el marco del ciclo de Conversatorios sobre Representaciones del Estado-Nación: Eros para una nueva contitución se invita a la 2da sesión “MARCAR CHILE. Nacionalismo culinario como dispositivo de coloración” dictada por Isabel Aguilera Bornard, Dra. en Antropología por la Universitat de Barcelona, Académica Carrera Sociología, Universidad Católica del Maule.

Esta 2da sesión se desarrollara mañana viernes 6 de agosto a las 16h a traves del canal youtube de extensión académica y culturat UC Temuco.
Comentaran l@s academic@s del Departamento de Antropología de la Universidad Católica de Temuco:
Dr. © Rosamel Millamán
Dra. Cari Tusing
Dr. Pablo Marimán
Transmisión streaming canal Youtube Extensión Académica y Cultural UC Temuco
https://www.youtube.com/channel/UCSnAVqeedTpHWWFcNgGjZ4w
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Publicación del libro: Estudios Interculturales desde el Sur: procesos, debates y propuestas
Se acaba de publicar en versión online el libro “Estudios Interculturales desde el Sur: procesos, debates y propuestas”, donde participan integrantes del NEII: Ricardo Salas Astrain, Fabien Le Bonniec, Gertrudis Payàs Puigarnau, Héctor Mora Nawarth, Claudio Maldonado Rivera, Fernando Wittig González, Matthias Gloël, Pablo Mariman Quemenado y Mora-Guerrero, junto a otros autores.
“Más que preguntarnos por los otros, la interculturalidad tiene que ver con recibir y asumir los impactos y consecuencias (cesión de poder) de las preguntas, sean amigables o no tanto, que los otros formulan. En la interculturalidad se debe desplegar el potencial para el desarrollo de formas de resistencia ético-política frente a formas de vida cada vez más funcionalizadas, organizadas bajo una lógica excluyente y agraviante. Por tanto, el derecho a ejercer la diferencia y el disenso desde la alteridad se presentan como fuerzas necesarias que movilicen la imaginación política y procuren aprendizajes y virtudes públicas que ayuden a saber estar juntos y relacionarse sin parámetros comunes. Por consiguiente, la interculturalidad tiene que ver con diálogo, pero no diálogo angelical, sino diálogo entendido como espacio de fricciones abocado a transformar los imaginarios y órdenes sociales que impiden que los distintos contextos culturales, sus metas y particulares antropologías sean, en efecto, opciones viables.
Esperamos que este libro interpele al lector y a la lectora y contribuya a enriquecer un debate y a orientar praxis tendientes a fomentar el reconocimiento social y jurídico de los distintos contextos culturales, a fortalecer los lazos sociales y, en un último término, a tomar conciencia e incluso ser optimistas sobre la posibilidad de aspirar a habitar en sociedades más justas” (En “Introducción” de Mario Samaniego).
El libro se puede descargar en el siguiente link: